GODZILLA II (RESEÑA) ¿Es realmente buena?
Amigos de #PlaySodaShow, ya vimos #Godzilla2 y aqui les dejamos la opinión de Aj Navarro acerca de la secuela del Rey de los Monstruos que estrena esta semana en cines.
Godzilla 2: Rey de los Monstruos
(Godzilla: King of the Monsters, Michael Dougherty, 2019)
Hablar de cine kaiju nos remite a grandes clasicos que van desde el lejano 1933 con la primera aparición de King Kong en cines, seguido por la lagartija gigante en The Beast of 20,000 Fathoms en 1953, hasta llegar a la época actual con Cloverfield (Mat Reeves, 2008) y ese entretenido homenaje de Del Toro al género en Titanes del Pacífico (Pacífico Rim, 2013).
Dentro de este mundo de Monstruos gigantes, hubo uno que marcó un hito en Japón y todo el mundo y que ha trascendido por varias generaciones. Esa figura es Gojira (o Godzilla para el público en general), una monstruosa criatura nacida en 1954, creada por Ishiro Honda y Takeo Murata, interpretado por el actor Haruo Nakajima, quien detrás de esa peculiar botarga, encerraba el dilema de la época post Segunda Guerra Mundial en el Imperio del Sol Naciente.
A partir de ahí, la historia del denominado Rey de los Monstruos abarca unos extensos 65 años donde ha tenido de todo: rivales kaijus memorables, una versión robóticas malvada, series animadas, adaptaciones occidentalizadas, relanzamientos en Japón, incluso hasta un hijo y apariciones en cómics, posicionando a Godzilla como uno de los kaijus emblemáticos en la historia y una base de fans que le rinden culto.
Cinco años después de su reaparición en el mercado occidental gracias a la cinta del 2014 dirigida por Gareth Edwards (Monstruos, 2010) y con la que nos quisieron hacer olvidar el anterior fiasco americano hecho en el año de 1998 por Roland Emmerich y Dean Devlin, el Rey de los Monstruos regresa a salas de cine gracias a la dirección de Michael Dougherty (TrickrTreat, 2007; Krampus, 2015), en lo que es su tercer largometraje. ¿El resultado? Una entretenida secuela que regala parte de lo que esperábamos ver.
La secuela empieza casi donde termina la anterior, justo después delos incidentes en San Francisco, donde vemos a los Russell, víctimas de la destrucción masiva de los Titanes en la ciudad que reciben una mala noticia que será el origen de sus actos y decisiones a futuro.
Años después, Monarch, la compañía encargada del monitoreo de los Titanes en la Tierra, está en tela de juicio por sus actos, por lo que enfrenta la amenaza de ser desmantelada y así, tener que revelar el paradero de los Monstruos que han investigado por años. Sin embargo, el descubrimiento de nuevas cosas llevará al despertar de un nuevo Rey que está dispuesto a quitarle a Godzilla su título y acabar con la vida humana en el planeta.
Aunque la historia puede sonar un tanto enredada, no es así. Todos los personajes en la cinta tienen motivaciones simples que los llevan a tomar decisiones (unas bastante tontas) que provocarán la salida a escena de los kaijus a quienes esperamos ver en pantalla grande: Rodan, Mothra y Ghidora, que son el verdadero espectáculo en el filme. Si acaso hay un personaje con un arco que trata de ir más allá de lo plano de la historia es el papá, Mark (Kyke Chandler), que tiene poco a poco un cambio en su percepción de las cosas.
En cuanto al resto del cast, todos son muy simples y funcionan como mero pretexto para la acción. Vera Farmiga (El Conjuro) y Charles Dance (Game of Thrones) parecen ir en automático y no se esfuerzan en nada. Incluso Millie Bobby Brown (Stranger Things) no ofrece mucho más en su papel. Esto se debe a lo simplista del guión que puede llegar a caer en lo "jalado" e irreal, usando a los personajes como peones en un ajedrez donde los Kaiju son las verdaderas piezas importantes.
No cabe duda que los efectos visuales son un gran fuerte de la película y no podría esperarse menos. Las peleas lucen bien, salvo por algunos ligeros detalles al mezclarlo con las partes de los humanos corriendo por sus vidas o tratando de huir de la devastación de estos Monstruos gigantes. Aún así, la acción y peleas entre los Titanes es lo mejor de la cinta, aunque no esperen ver una pelea limpia o con tanta nitidez como las que vimos en Kong: Isla Calavera (Vogt- Roberts, 2017), pero aún así cumplen.
La fotografía varía, ya que ofrece momentos muy básicos pero otros donde parece que estamos viendo una pintura en las batallas de los Kaiju. Las paletas de colores son muy interesantes y cada monstruo tiene algo que las caracteriza. El uso de ellas ofrece de repente unas imágenes memorables en la gran pantalla.
A pesar de caer de nuevo en algunos errores que cometió la anterior (el uso de humanos en varias secuencias de pelea puede resultar molesto, aunque se ve la acción que los rodea) y de tener un comienzo un tanto lento en su ritmo, la película cumple como un entretenimiento básico que todo amante de los Kaiju podrá disfrutar, más allá de un guión completamente genérico pero que a veces nos regala guiños a la película clásica de 1954 que solo los fans podrán percibir.
Es así como el regreso del Rey de los Monstruos versión Hollywood puede ser uno de los productos más espectaculares y entretenidos de esta temporada, cumpliendo con lo que prometia: peleas de criaturas gigantes sin importar todo lo demás, pero si puede ser algo insufrible o sin sentido si esperaban algo más en cuanto al desarrollo de la historia. Eso si, la secuencia de créditos y la post créditos dejan puesta la mesa para que el denominado Monsterverse siga su paso el próximo año con Godzilla vs Kong e incluso más.
Para concluir, esta versión de Godzilla se aleja de la criatura original que era una metáfora dolorosa de una tragedia para convertirse en el monstruo que viene a juzgarnos o salvarnos, en una criatura imparable que viene a reclamar de nueva cuenta su título como el Rey de los Kaiju de una manera decente y entretenida como lo hizo en las décadas de los 80 y 90s en su versión nipona, pero no da para más ni le interesa ser más que puro entretenimiento.
Calificación: 7.5/10
-Aj Navarro
Godzilla 2: Rey de los Monstruos
(Godzilla: King of the Monsters, Michael Dougherty, 2019)
Hablar de cine kaiju nos remite a grandes clasicos que van desde el lejano 1933 con la primera aparición de King Kong en cines, seguido por la lagartija gigante en The Beast of 20,000 Fathoms en 1953, hasta llegar a la época actual con Cloverfield (Mat Reeves, 2008) y ese entretenido homenaje de Del Toro al género en Titanes del Pacífico (Pacífico Rim, 2013).
Dentro de este mundo de Monstruos gigantes, hubo uno que marcó un hito en Japón y todo el mundo y que ha trascendido por varias generaciones. Esa figura es Gojira (o Godzilla para el público en general), una monstruosa criatura nacida en 1954, creada por Ishiro Honda y Takeo Murata, interpretado por el actor Haruo Nakajima, quien detrás de esa peculiar botarga, encerraba el dilema de la época post Segunda Guerra Mundial en el Imperio del Sol Naciente.
A partir de ahí, la historia del denominado Rey de los Monstruos abarca unos extensos 65 años donde ha tenido de todo: rivales kaijus memorables, una versión robóticas malvada, series animadas, adaptaciones occidentalizadas, relanzamientos en Japón, incluso hasta un hijo y apariciones en cómics, posicionando a Godzilla como uno de los kaijus emblemáticos en la historia y una base de fans que le rinden culto.
Cinco años después de su reaparición en el mercado occidental gracias a la cinta del 2014 dirigida por Gareth Edwards (Monstruos, 2010) y con la que nos quisieron hacer olvidar el anterior fiasco americano hecho en el año de 1998 por Roland Emmerich y Dean Devlin, el Rey de los Monstruos regresa a salas de cine gracias a la dirección de Michael Dougherty (TrickrTreat, 2007; Krampus, 2015), en lo que es su tercer largometraje. ¿El resultado? Una entretenida secuela que regala parte de lo que esperábamos ver.
La secuela empieza casi donde termina la anterior, justo después delos incidentes en San Francisco, donde vemos a los Russell, víctimas de la destrucción masiva de los Titanes en la ciudad que reciben una mala noticia que será el origen de sus actos y decisiones a futuro.
Años después, Monarch, la compañía encargada del monitoreo de los Titanes en la Tierra, está en tela de juicio por sus actos, por lo que enfrenta la amenaza de ser desmantelada y así, tener que revelar el paradero de los Monstruos que han investigado por años. Sin embargo, el descubrimiento de nuevas cosas llevará al despertar de un nuevo Rey que está dispuesto a quitarle a Godzilla su título y acabar con la vida humana en el planeta.
Aunque la historia puede sonar un tanto enredada, no es así. Todos los personajes en la cinta tienen motivaciones simples que los llevan a tomar decisiones (unas bastante tontas) que provocarán la salida a escena de los kaijus a quienes esperamos ver en pantalla grande: Rodan, Mothra y Ghidora, que son el verdadero espectáculo en el filme. Si acaso hay un personaje con un arco que trata de ir más allá de lo plano de la historia es el papá, Mark (Kyke Chandler), que tiene poco a poco un cambio en su percepción de las cosas.
En cuanto al resto del cast, todos son muy simples y funcionan como mero pretexto para la acción. Vera Farmiga (El Conjuro) y Charles Dance (Game of Thrones) parecen ir en automático y no se esfuerzan en nada. Incluso Millie Bobby Brown (Stranger Things) no ofrece mucho más en su papel. Esto se debe a lo simplista del guión que puede llegar a caer en lo "jalado" e irreal, usando a los personajes como peones en un ajedrez donde los Kaiju son las verdaderas piezas importantes.
No cabe duda que los efectos visuales son un gran fuerte de la película y no podría esperarse menos. Las peleas lucen bien, salvo por algunos ligeros detalles al mezclarlo con las partes de los humanos corriendo por sus vidas o tratando de huir de la devastación de estos Monstruos gigantes. Aún así, la acción y peleas entre los Titanes es lo mejor de la cinta, aunque no esperen ver una pelea limpia o con tanta nitidez como las que vimos en Kong: Isla Calavera (Vogt- Roberts, 2017), pero aún así cumplen.
La fotografía varía, ya que ofrece momentos muy básicos pero otros donde parece que estamos viendo una pintura en las batallas de los Kaiju. Las paletas de colores son muy interesantes y cada monstruo tiene algo que las caracteriza. El uso de ellas ofrece de repente unas imágenes memorables en la gran pantalla.
A pesar de caer de nuevo en algunos errores que cometió la anterior (el uso de humanos en varias secuencias de pelea puede resultar molesto, aunque se ve la acción que los rodea) y de tener un comienzo un tanto lento en su ritmo, la película cumple como un entretenimiento básico que todo amante de los Kaiju podrá disfrutar, más allá de un guión completamente genérico pero que a veces nos regala guiños a la película clásica de 1954 que solo los fans podrán percibir.
Es así como el regreso del Rey de los Monstruos versión Hollywood puede ser uno de los productos más espectaculares y entretenidos de esta temporada, cumpliendo con lo que prometia: peleas de criaturas gigantes sin importar todo lo demás, pero si puede ser algo insufrible o sin sentido si esperaban algo más en cuanto al desarrollo de la historia. Eso si, la secuencia de créditos y la post créditos dejan puesta la mesa para que el denominado Monsterverse siga su paso el próximo año con Godzilla vs Kong e incluso más.
Para concluir, esta versión de Godzilla se aleja de la criatura original que era una metáfora dolorosa de una tragedia para convertirse en el monstruo que viene a juzgarnos o salvarnos, en una criatura imparable que viene a reclamar de nueva cuenta su título como el Rey de los Kaiju de una manera decente y entretenida como lo hizo en las décadas de los 80 y 90s en su versión nipona, pero no da para más ni le interesa ser más que puro entretenimiento.
Calificación: 7.5/10
-Aj Navarro
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