EL MUÑECO DIABÓLICO
EL MUÑECO DIABÓLICO
(Child's Play, Lars Klevberg, 2019)
(Child's Play, Lars Klevberg, 2019)
El género del terror en el cine ha tenido grandes épocas. Una de ellas, sin duda, fue en la década de los 80, tiempo donde villanos clásicos del horror nacieron, se consolidaron y, a la fecha, han sido parte de las pesadillas de viejas y nuevas generaciones por igual.
Algunos ejemplos de estos monstruos clásicos son Freddy Krueger en la saga de Pesadilla en la Calle del Infierno (Craven, 1984), Jason Voorhees en Viernes 13 (S. Cunningham, 1980) Pinhead y sus cenobitas en Hellraiser (Barker, 1987) así como secuelas de las cintas de Halloween con todo y Michael Myers o la explotación de la familia caníbal de Leatherface en La Masacre de Texas 2 (Hooper, 1986).
Justo entre este mar de nombres y propuestas, llegó en 1988 a cines la tercer cinta de Tom Holland (no, no el actual Spiderman), quien después del éxito que tuvo con La Hora del Espanto (Fright Night, 1985), se juntó con el guionista Don Mancini para traernos a otro de esos monstruos de culto, un muñeco adorable inspirado en los Cabbage Patch tan de moda en en esa década pero con un instinto asesino. Así llegaba a escena Charles Lee Ray, mejor conocido como Chucky.
Después de una saga de siete películas de la mano de su co-creador Don Mancini, que además es el dueño de la mitad de los derechos de este muñeco asesino y que sigue vigente, llega una reinvención por parte de Orion Pictures, quien tiene los derechos de la otra mitad del personaje de Chucky, arriesgándose a reinventar al infame muñeco.
Así, dejando de lado el vudú y los asesinos seriales y de la mano de Lars Klevberg se nos presenta una nueva presentación de El Muñeco Diabólico que, a pesar de las dudas y la renuencia de muchos fans, sorprende con el enfoque nuevo que se le da al amigable muñeco vuelto malo, Chucky.
La premisa es muy similar a la pelicula original de 1988: Karen Barclay (Aubrey Plaza) vive con su hijo Andy (Gabriel Bateman), un muchacho que no tiene muchos amigos y parece reclurise en su mundo. Para sacarlo de su rutina, su madre le regala un Buddi, un muñeco electrónico que es capaz de hacer muchas cosas. Sin embargo, ninguno de los dos sabe lo que les espera con este peculiar juguete.
Si bien suena familiar, el guión de Tyler Burton Smith, quien escribe su primer largometraje, decide ir por temas actuales como el exceso/dependencia de la sociedad con la tecnología, el descuido en la educación de las generaciones actuales, entre otros detalles. Pero tal vez lo más llamativo sea la nueva motivación de Chucky y el cómo se convierte en malvado, dando pauta a tocar el tema de las relaciones tóxicas y cómo ésto influye en el muñeco para justificar sus acciones.
Sin duda uno de los puntos más fuertes de la pelicula es la voz de Mark Hamill, quien crea con su Chucky un muñeco con una dualidad interesante que va de lo adorable a lo maníaco con naturalidad, dándole al personaje una personalidad que destaca en toda la cinta. En cuanto a actuaciones, Gabriel Bateman en el rol de Andy y Beatrice Kitsos como una de sus vecinas de nombre Falyn son los que más destacan, sin dejar de lado a los demás nombres como la misma Aubrey Plaza (la madre de Andy) o Bryan Tyree Henry como el Detective Norris que funcionan como detonantes cómicos o incidentales que le dan continuidad al relato.
Otro punto destacado es la música de Bear McReary, compositor que ha trabajado en la saga de Walking Dead o en cintas como Feliz Dia de tu Muerte y Godzilla: Rey de los Monstruos. McReary logra contagiarnos de una música interesante, que lo mismo puede causar tensión como funcionar para un momento de risa. Y qué decir de su Canción de Buddi, que al principio puede aparentar ser cursi o ridícula pero se convierte en el perfecto ejemplo de lo que es este nuevo Chucky, además de que la interpretación de Hamill en la canción es un tanto espeluznante.
No todo es perfecto en la cinta. Por ahí se ven detalles en la edición de la película, ciertas situaciones en el manejo breve de los efectos visuales, algunos chistes quenpueden resuktar muy bobos o incluso el pretexto de porqué este nuevo Muñeco Diabólico es como es puede resultar tan absurdo como el del vudú en la original. Sin embargo, el balance es positivo, ya que la cinta, a pesar de querer despegarse de la saga de Mancini, logra combinar lo característico de ella: humor, sangre y un muñeco que lo mismo da risa que miedo.
A pesar de no ser una cinta de terror, hay buenos elementos gore y un aire de homenaje a la década de los ochenta en toda la película con guiños muy claros a esos años, situación que le da un toque de entretenimiento añadido. Asi es como este Muñeco Diabólico va más allá de un slasher común, dándole un enfoque hacia un tipo de crítica social de los tiempos actuales que, aunque toca temas que pueden no ser novedosos, no hay duda que esta reinvención de Chucky logra un buen cometido sin tomárselo tan en serio.
Así, este nuevo muñeco diabólico entrega lo que promete y siempre ha sido en esencia: una cinta de horror con comedia politicamente incorrecta y ácida que lo pone en un lugar que pocos remakes/refritos del género han tenido en los últimos años. Una entretenida nueva visión que no es para todo público pero que resulta ser una sorpresa que pocos esperaban.
Calificación: 7.0/10
Ya se me antoja verla!
ResponderBorrarMe parece perfecto
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